Cuando la célula de la sociedad: la familia, sucumbe, es el principio de la decadencia de la humanidad.
La historia desde sus inicios se ha escrito con sangre. Todas ansias de poder sea político, económico, religioso, laboral, etc. han alcanzado su meta a costa de la vida de quienes conviven con los autores de dicha violencia sean actores directos o no.
Si a lo anterior se suma la falta de autoridad familiar, falta de educación, de oportunidades laborales, de iniciativa propia y le adicionamos el proteccionismo estatal, el subsidio, la donación, la permisividad llegamos al punto sin retorno de una sociedad acomodada y exigente donde los principios éticos y morales son revaluados dando paso a nuevos conceptos, donde se pretende avanzar y atender necesidades inmediatas pisoteando a quien impida alcanzar el fin propuesto de poder.
La inmediatez y urgencia de tener dinero rápido solo se alcanza con actividades ilícitas y quienes participan de esta actividad generalmente se va escalando y se alcanza la línea de poder en la medida que logran ampliar su nivel económico. La escala de sucesión del ilegal poder, aparece con la caída por muerte, entrega voluntaria o captura del jefe.
Las medidas adoptadas por el gobierno y sus diferentes fuerzas militares y policiales que pretenden desarticular o desaparecer este flagelo de la humanidad, con el ofrecimiento de recompensas, de programas de reinserción, de perdón ha tocado una parte fundamental: el bolsillo de los allegados del implicado, la necesidad económica que conlleva a la traición, encontrando casos tan increíbles como presentar partes corporales del eliminado o fotografías para demostrar su asesinato y cobrar la recompensa ofrecida.
La traición se ha vuelto el pan de cada día entre estos criminales que buscan salir de esta complicada situación o tal vez aprovechar la oportunidad del gobierno de regresar a la sociedad, la posibilidad económica y calmar el temor infringido por las fuerzas militares cada vez más poderosas.
Registro en uno de los medios más importantes del país: Así mataron a alias ‘Sebastián’, jefe de la banda criminal ‘Los Rastrojos’.