Información y expresión

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Pensemos nuesto diario acontecer

martes, 11 de octubre de 2011

¡Qué forma de protestar!

 Si bien es cierto que protestar es un derecho, que decir los que se piensa es necesario para vivir bien en una sociedad democrática, para el caso colombiano hay que revisar hasta qué punto ese derecho se ha se ha convertido en un problema social para la comunidad.
Las recientes protestas por el cambio de la Ley 30 reafirman aún más la problemática que tenemos donde las garantías para alzar la voz con tranquilidad se han perdido completamente. De un lado los estudiantes rebeldes que pelean sin causa alguna, que no entienden si quiera los motivos de las diferentes disputas.  De otro el gobierno que no es capaz de dialogar, de llegar acuerdos y de garantizar una de los más fundamentales derechos: el de la educación.  Y por supuesto, el gran problema con el control militar que debe ejercerse en estas protestas que últimamente no han tenido nada de pacificas.
El estado debe velar por los derechos de los ciudadanos y la educación es uno fundamental, más aun en un país como Colombia necesitado de garantías sociales para poder convivir en paz. La educación es uno de esos pilares fundamentales necesarios para construir una sociedad equitativa, igualitaria y que brinde oportunidades de progreso a la comunidad.
Siempre estará presente el problema de recursos, es claro que no todos los estudiantes del país pueden pagar sus estudios completamente y aunque la cobertura se ha ampliado, entre estudiantes y algunos conocedores del tema no creen que por ejemplo la intervención privada en las universidades públicas sea la solución.
Que la universidad pública se esté llenando de toda clase de parásitos es muy triste. Que de centros de educación de gran nivel se está pasando a campos de batallas entre izquierdosos radicales que creen tener la verdad de todo y a todo se oponen mas por anarquía que por convicción de su discurso, es muy cierto.
Están también quienes compiten con las tendencias neo nacionalistas, que buscan limpiar el medio de los seres que no cumplen sus estándares de discriminación; vemos además a los “socialvacanes”  que describía mi mamá de sus años de universitaria en los 80's, que se quedaron como profesores y jamás superaron su rollo y que han encontrado adeptos a su chabacana manera de vivir garantizando la continuidad de su estatu quo.
Además, del conocido gíbaro y el llamado aeropuerto no quedan más que las anécdotas que de nuevo contaban mis padres de sus tiempos pues ya es cotidiano hallar vendedores y consumidores dentro de las magnas aulas de las universidades públicas con la obligada aceptación de la comunidad universitaria.
Hay muchas otras franjas en la población que nos ocupa que no parecen tener un norte claro porque son la generación del desarraigo, de la inmediatez, de la desesperanza por que como las predicciones, los ecologistas, geólogos, teólogos, Nostradamus, los mayas y otros más nos cortaron el futuro al ponerle fecha al fin de todo y de todos…pues a “fornicar que el mundo se va a acabar” o “comamos y bebamos que mañana moriremos”, “el muerto al hoyo y el vivo al baile”, que se acabe lo que esté flojo etc…
Todo lo anterior es un panorama complejo que exige tener una solución inmediata para recuperar los centros de estudio superior del sector público que abocan al mercado laboral las mayores cifras de profesionales necesarios para alcanzar los estándares de desarrollo y competitividad que el mundo moderno nos exige.
Es un gran reto para armonizar tantos intereses en conflicto y todos los ciudadanos que circundamos quedamos a la espera de una solución real que beneficie tanto la comunidad universitaria en general como a la sociedad que los necesita.

martes, 4 de octubre de 2011

ESCUCHAR

Qué bueno sería que todos los días nos percatáramos de la importancia que realmente tiene escuchar y saber escuchar para vivir bien con nosotros mismos y con los demás.
El mundo en el que vivimos está inmerso en un montón de obstáculos creados por el hombre que han dañado las relaciones de interacción donde anteriormente la escucha era siempre el hilo conductor, esto relacionado esto con la invasión tecnológica del presente y con el mal uso que se le ha dado a estas nuevas creaciones.
Escuchar en la actualidad, parece una virtud que se desarrollara en unos pocos seres humanos. El ahora, rodeados por la tecnología, por los nuevos medios y por un mundo cada vez más individualista, donde se comparte con la comunidad a través de un dispositivo (BlackBerry, I Pad, celular, pc) o de una herramienta web (Facebook, Messenger) ha limitado la comunicación y por consiguiente la escucha.
Es necesario darse cuenta de lo importante que es escuchar a las personas, de la necesidad que tiene el hombre de que lo escuchen, de expresar todo lo que siente y ser comprendido en su forma de ver el mundo. A pesar de las ciber relaciones que se construyen diariamente en el mundo, es fundamental que una persona tenga la capacidad de escuchar todo aquello que se le dice para triunfar en todos los ámbitos, social, profesional, personal, etc.
Seguramente si supiéramos escuchar mejor no tendríamos tantos problemas como los que se viven ahora entre naciones, entre líderes políticos, en el futbol, con el novio, con la familia, en fin, todo sería más fácil. Escuchar y saber escuchar es un privilegio que hoy, parece de unos pocos.
A través de la historia nos han mostrado que muchos conocimientos se han transmitido de forma oral de generación en generación, en ella, las personas tenían la capacidad de escuchar y escuchaban de forma atenta todos aquellos legados que se transmitían. Hoy hemos perdido esa capacidad para no sólo oír, sino escuchar de verdad.
La escucha es importante porque permite que nos conectemos con las personas, que tomemos un punto de vista, que sepamos como los otros ven el mundo, qué piensan, qué sienten y en medio de eso, nosotros podemos también argumentar cómo vemos la vida.
El saber escuchar involucra varios aspectos importantes que favorecen el comportamiento humano y que fortalecen además las relaciones que se tienen con el resto de las personas, el respeto, la atención y el interés son pilares fundamentales para que el acto de escuchar sea efectivo. En las relaciones, saber escuchar y ser escuchados pueden traer varias experiencias aportantes para la vida.
Escuchar bien, de forma verdadera y atenta en un ejercicio muy complicado en la actualidad. Por lo general las personas piensan que decir después del que otro hable, tenemos algunos errores elementales al momento de emplear una función que supuestamente es básica, no lo es tanto. Escuchar bien es muy difícil.
El problema cuando una persona no escucha bien lo que se le dice, puede estar ligado a las dificultades de comunicación que tenga. Si yo no escucho porque no me interesa, por pereza o por alguna distracción puedo correr el riesgo de pues de comunicar algo que no es y esto es grave para cualquier persona, pero de forma especial para un periodista que se supone, está formado para comunicar de forma veraz
Aunque pasamos más tiempo escuchando que hablando, no estamos más dispuestos a hacerlo, simplemente, el hombre está más expuesto a recibir información que a generarla. De todos modos, como dice el texto, saber escuchar es fundamental para vivir en sociedad.
Un periodista debe de tener esta habilidad inmersa en él, para cumplir a cabalidad con su trabajo, es necesario que tenga en cuenta todo lo que escucha, pero que escuche de verdad. No es posible que una persona de esta profesión no tenga la capacidad de tomar una actitud respetuosa y comprender toda la información que diariamente le ofrecen las demás personas, el mundo, los acontecimientos.
¿Cómo podría un periodista realizar una buena labor si no tiene bien desarrollada esta capacidad auditiva?, ¿qué argumentos tendría a la hora de escribir o de defender una idea si no escucha realmente a los demás? Ésta, es una función que todos los seres humanos deberían tener perfectamente desarrollada para la convivencia con lo demás, sin embargo, un periodista de forma especial debe casi que obligatoriamente desarrollarla para cumplir bien con su deber. Informar.
Escuchar bien, tiene muchas ventajas y si se aplicaran a la vida tendríamos seguramente menos problemas que los que se presentan. Pero como dice Winston Churchill, “se necesita coraje para pararse y hablar. Pero mucho más para sentarse y escuchar".